Caín y Abel
Tú, que me llamas hermano, tú, que has secado mis lágrimas, tú, que a mi lado has luchado, tú, que conoces mi alma. Ahora clavas un puñal en mis entrañas y cobarde y temeroso ni me miras. Ahora hundes en mi pecho esta daga y me ocultas las verdades con… Continuar leyendo









