Romance a los descendientes

Hoy he visto por la calle
una camiseta alada
que era la versión moderna
de una antigua y más macabra.
Esa camisa de odio,
esa camisa azulada,
te obligaban a llevarla
o sino pues te mataban.
Pensaba que no existía,
ya la creía olvidada,
parece que la tenían
en el armario guardada.
Que se ve que no aprendemos
en nuestra querida España.
Tú amas un ave negra
y yo una franja morada.
Pido por una bandera,
por una bandera blanca,
que reunifique los bandos
en la paz y la esperanza.
Ochenta años de rabia
entre hermanos y entre hermanas
por una guerra perdida
pues la ganaron las armas.
Olvida ya los saludos
y los himnos que cantaban
y vamos a llorar juntos
por quien se llevó las balas.
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